COP28: ¿Cuáles son los principales retos y oportunidades para la agricultura y el mundo?

Por André Ricardo Passos de Souza para Money Times

05/12/2023

La 28ª Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático, COP28, comenzó en Dubai el 30 de noviembre.

La conferencia durará hasta el 12 de diciembre y será el escenario de debates sobre diversas cuestiones de gran interés para los países que componen la comunidad internacional en relación con las medidas para contener el calentamiento global, que ya es un consenso en la comunidad científica mundial.

El objetivo de esta conferencia, a diferencia de la última COP 27 celebrada en El Cairo (Egipto), es que los debates sean eficaces y se tomen medidas prácticas para evitar los daños de billones de dólares causados por el aumento de la temperatura media mundial de aquí a finales de siglo, que se estima en torno a 1,5º C.

Gobernanza internacional del clima

Volviendo atrás en el tiempo para explicar un poco cómo funciona toda esta gobernanza internacional del clima, podemos ver que a partir de los años 70, la comunidad internacional se preocupó constantemente por los problemas climáticos que ya se estaban produciendo y que necesitaban la atención de la comunidad internacional en un esfuerzo conjunto para atajarlos.

La viabilidad de las medidas para reducir la emisión de los llamados GEI (Gases de Efecto Invernadero) empezó a tomar forma en Estocolmo (Suecia). Fue entonces cuando se celebró la primera gran conferencia internacional sobre el clima, en 1972. También podemos mencionar aquí, entre otras, algunas otras famosas conferencias como la llamada «Río-92», que culminó con la firma del Convenio Marco de 1994, así como la que dio lugar al Protocolo de Kioto de 1997.

En aquella ocasión se discutió y puso en marcha el marco jurídico internacional del mecanismo de reducción de GEI mediante el comercio de los llamados «créditos de carbono», concebido como un mecanismo de «mercado» para estimular la reducción global de emisiones de GEI y que a día de hoy aún no se ha puesto en marcha de forma más efectiva, como hemos comentado en esta columna.

Lo cierto es que desde entonces -y varias COP’s después- la comunidad internacional sigue discutiendo formas más eficientes de implementar estas medidas y mercados a nivel global, y aún se han mostrado insuficientes para combatir eficazmente el aumento de la temperatura del planeta y los eventos climáticos que, en rigor, se derivan de esta cuestión y son sentidos por el conjunto de la población mundial de diferentes maneras.

Dificultades prácticas en las últimas COP

Además de la ya esperada desalineación y pluralidad de intereses de los países participantes en los últimos paneles, a las dificultades habituales se sumaron la crisis global de la pandemia COVID-19, con todas sus implicaciones y consecuencias a nivel mundial, así como la intensificación de las diferencias (e incluso de los ánimos) en relación con los principales bloques internacionales ante los importantes conflictos que, de alguna manera, han venido a configurar la geopolítica mundial en los últimos años tras la COP-26 y 27.

Esto se debe a que, a pesar de los esfuerzos internacionales por crear nuevos paradigmas crediticios, criterios más objetivos para la asignación de recursos para el funcionamiento del mercado internacional de créditos de carbono, entre otras medidas.

Estos esfuerzos se vieron en cierto modo socavados por un contexto internacional cada vez más conflictivo (belicosamente hablando), así como por la conocida falta de aplicación (e incluso de sentido de la urgencia) para que las medidas prácticas pudieran despegar a escala internacional e incluso nacional en muchos de los países participantes.

Así, llegamos a la COP-28 con la sensación de que nos enfrentamos a retos aún mayores, con menos tiempo para implementar medidas y trabajar en consensos y, quizás, con un equilibrio y una gobernanza global en peores condiciones para intentar avanzar hacia la implementación práctica y efectiva de medidas de reducción de emisiones de GEI a tiempo de evitar el aumento de la temperatura media global que ya se ha condensado.

¿Qué es importante destacar de la COP28?

Para lograr mayores resultados prácticos en las discusiones que tendrán lugar en la COP28, es necesario centrarse, en nuestra humilde opinión, en los pocos consensos y en la urgencia de las medidas prácticas que se pueden adoptar, tanto a nivel global como en el contexto de las diversas medidas locales (domésticas) y de algunos de los países miembros de los paneles internacionales, como Brasil, que informarán sobre el cumplimiento de los objetivos fijados desde el Acuerdo de París (COP21 en 2015).

De este modo, medidas como el aumento de la financiación de la agricultura baja en carbono en Brasil, los programas de recuperación de pastos, la producción de carne y soja verde con técnicas ILPF (Integrated Crop-Livestock-Forestry), la implantación efectiva del registro ambiental rural para productores, etc. contribuyen de forma decisiva, y desde un actor importante en la descarbonización como es Brasil, a elevar el nivel de actuación y a buscar medidas efectivas que puedan escalarse hasta alcanzar gran parte de la producción mundial de alimentos, fibras y energías renovables.

Para ello, por supuesto, sería importante ultimar los trámites del proyecto de ley nº 1. 412/22, que regula el mercado del carbono en Brasil y cuyas cuestiones ya tratamos en nuestra columna publicada aquí el 4 de octubre.

Por otro lado, hablar de reducir el uso de combustibles fósiles en medio de una nueva crisis del petróleo y de los efectos de las guerras en Ucrania e incluso del actual conflicto en Oriente Medio nos lleva a un escenario en el que quizá tengamos que convivir con el uso generalizado de combustibles fósiles y trabajar en estrecha cooperación entre los principales países del panel en cuestión para reducir los impactos.

Esto se debe a que tal escenario internacional nos lleva una vez más a invertir en las iniciativas de mercado y en la política fiscal internacional (y dentro de los estados miembros de la comunidad internacional) creadas desde Kioto para compensar las emisiones de GEI a través de los mecanismos de mercado existentes, especialmente los créditos de carbono, trayendo a la luz, una vez más, la cuestión de la democratización y tropicalización de las métricas de reducción de GEI para facilitar la adopción de estas prácticas por países capaces de «entregar» rápidamente al mundo, a través de sus cadenas de producción, las tan necesarias y deseadas reducciones de impacto ambiental buscadas para cumplir con los acuerdos climáticos internacionales.

Por lo tanto, hay que estar atentos a lo que ocurrirá en la COP28, ya que el tiempo corre en busca de soluciones prácticas y eficaces para alcanzar los objetivos fijados en todo el mundo para reducir el impacto negativo de las emisiones de GEI en todo el planeta, pero sin descuidar los deberes que cada país, como Brasil por ejemplo, tiene que hacer para poner en marcha de forma más eficaz el proceso de reducción de emisiones de GEI en las cadenas globales.

Disponible en: COP28: ¿Cuáles son los principales retos y oportunidades para la agricultura y el mundo? – Money Times